miércoles, 3 de marzo de 2010

¿Favores de oficina?

¿Favores de oficina?
Hacer un favor no debiera ser una excepción, en las organizaciones armónicas se traduce en una costumbre que beneficia el ambiente laboral


¿Tú jefe acostumbra pedirte favores? La lectura que puede darse a esta petición, derivado del deber de obediencia, es la de una obligación disfrazada. No obstante, existe una corriente de opinión que sostiene justo lo contrario.
El libro Cadena de favores (inspirado en la película que lleva el mismo título) ilustra cómo una buena idea puede cambiar el mundo: pay it forward! Luis Manuel Calleja e Ignacio de Urrutia, autores de la obra, apuntan que la realización de favores dentro de la empresa mejora significativamente el ambiente de trabajo.
Por lo tanto, consideran que la mayoría de los problemas organizacionales, derivan de una falta de afabilidad o ayuda mutua. La actitud de asistir a quienes integran un corporativo, se traduce en un soporte ético para el negocio. Se trata de entender que la colaboración y el trabajo en equipo no sólo facilitan las actividades, sino que también permiten la consecución de grandes metas.
La fraternidad en el trabajo implica dar sin esperar recibir algo a cambio, lo cual cambia la idea tradicional de que en la oficina todo se mueve por intereses. En todo caso, es un deber ser que a la luz de esta propuesta, no resulta utópico.
Pedir un favor no es fácil. De hecho, es fundamental saber qué se necesita exactamente, ser humilde para pedir ayuda y ser oportuno. Por otro lado, para que el favor se realice el mensaje debe ser entendido, la persona a la que se le encargue debe ser capaz de hacerlo y tener la voluntad para realizar la tarea.
El hecho es que las “cadenas de favores” constituyen un cambio de actitud en el personal de la empresa, a todos los niveles. Esta nueva forma de comportamiento podría resultar impensable en aquellas corporaciones donde la gente acostumbra bloquearse el trabajo. No es raro observar estructuras en donde las áreas están peleadas entre sí y pareciera que su objetivo es bloquear a la contraparte en su desempeño.
En este sentido, habría que considerar si los esquemas organizacionales mexicanos están preparados para tomar una dirección más fraternal.